Lo normal suele ser que, a la llegada del otoño, a todos se nos marque la arruga del entrecejo al ver todas esas hojas caídas en el suelo. Símbolo inequívoco de que se acabó lo bueno y que el «winter is coming…«.
Sin embargo, no todos somos iguales. Es más, al bueno de Walter Mason se le hace el culo pesicola al notar el cambio de estación. ¡Si ni le duelen los huesos! Entra en un estado de creatividad supina y va como loco por la calle con unas tijeras y una cámara de fotos.
Como decía mi abuela «Hijo mío, hay gente pa tó»
P.D.: De propina, más artistas naturistas… digo, naturales. De la mano de Cuarto derecha, os presento a Lorenzo.