Heinz Maier empezó a hacer fotos a finales de 2010 y se dedica sobre todo a la macrofotografía. Insectos, animales y, muy especialmente, fotografía líquidos. Usa un aparato electrónico controlado por un programa informático para inyectar líquidos de colores en un momento concreto y lo deja retratado en sus imágenes.
En definitiva, crea esculturas líquidas efímeras que, gracias a la fotografía, podemos admirar el tiempo que queramos.