Diseño de campaña: 3.000 €
Derechos fotografías: 1.000 €
Insertar anuncio en toda la prensa (una página color del domingo): 40.000 €
Hacer una campaña de autobombo vendiendo humo con el dinero de los contribuyentes: no tiene precio
Los precios de arriba son meramente orientativos. En realidad se convoca un concurso «público» por un precio cerrado de unos 175.000 € del que sale la campaña que ves en la imagen y en la que el texto reza lo siguiente:
«Una vivienda, una casa, tu casa. Es tu derecho. Por eso, en la Consellería de Vivenda e Solo tenemos una política social de vivienda, con ayudas para comprar, rehabilitar o alquilar. Para construir tus proyectos, para construir país. Únete a nuestro plan«.
Lástima que gastándose tanta pasta, se les haya olvidado decir en qué consiste el plan de marras. Estará en la web que también se les «olvidó» incluir. A ver, Google/buscar conselleria vivenda solo. Aquí está. Joder qué horror de página. En fin, voy a ver qué dice el plan milagroso… mierda. No lo encuentro. Me han vuelto a engañar. Hijosdeputa.
Actualización
Lo siento pero hoy tengo el día.
Hoy es el día de la publicidad institucional o de cómo se gastan los dineros nuestros queridos políticos. Os presento un anuncio del Concello de Lugo para «acabar con la violencia machista». Señoras y señores, con ustedes la Igualdina. Y no digo más…
15 respuestas a “Priceless”
Es que es un plan secreto. Todo lo de la Xunta es un misterio misterioso. Lo único que sabemos y que no cambia nunca es que, al final, siempre pringamos los mismos.
A mí lo que me mola es el fotomontaje este del mechón de pelo unido a una hamaca unida a un edificio. No tengo palabras.
Pos yo me acabo de poner mechas y extensiones, mientras epero a ver si me subvencionan la hamaca para ir a vivir cerquita del Puente Pasaje o Monte San Pedro.
¿Me dejarán colgarla entre el puirulí y la Torre de Hérrcules o me tendré que conformar con acurrucarme dentro del nuevo ascensor al Monte S. Pedro?. Eso si, todo ello tan necesario y tan con vistas…
Cachintó. El primero que tenga el link al Plan, que lo pase, que yo m’apunto!!!
Triste realidad como un puño. Estoy con lenovich, ¿a que viene ese mechón???
Lo de la «igualdina» lo supera todo.
Lo de la «Igualdina» es increíble. Además se supone que es para acabar con la violencia machista… ¿Y se llama igualdina? ¿Por qué? ¿Para que se peguen igual hombres y mujeres?
Como diría aquél:
Señor, ¿por qué me has abandonado?
Joder, menos mal que decís que es una hamaca, porque yo desde luego no sabía que cojones era (y no queráis saber en qué pensaba xD).
sobre lo de la igualdina… si hay gente capaz de pagar por anuncios tan malos y cutres, quizá debería pensar en hacerme publicista…
Es tremendo… es para coger la puerta de la Xunta y liarse a hostias desde abajo arriba… os lo digo yo que estoy afectado directamente… lo peor es que es así todo… aaaaaaaagggggg!!!!!!!!!!!!!!
Pareceme un nome moi acertado o da páxina… ADESGANA dalguns de pensar un pouco. Porque comentarios coma o de Carlos ou mrithail parecenme do máis ignorantes.
Carlos: se che parece gracioso un tema coma este…non teño mais nada que dicir.
Mrithail: sinto discrepar, pero a min pareceme unha das campañas mais soadas e orixinais que sairon en moito tempo. So tes que mirar en todas as revista (de tirada nacional) que fixeron referencia a ela e programas de actualidade (eva hache, buenafuente,…) que amosaron o seu interes.
Pero bueno, de onde non hai…
¿Cuál es la campaña que estás defendiendo? ¿La de la Igualdina? ¿En serio piensas que es una buena campaña? ¿De verdad me estás diciendo que este humor absurdo se puede aplicar con éxito para acabar con el problema de la violencia doméstica? ¿Quieres decirme que un maltratador que se levante un domingo por la mañana va a hacer examen de conciencia al ver este anuncio?
Pues una de dos, o has tenido algo que ver en la creación de la campaña y eso hace que no seas objetivo/a y que has venido aquí para defender tu trabajo sin ningún tipo de respeto por las críticas que siempre te pueden venir; o puede ser también que no tengas ni puta idea de publicidad (también es aplicable al caso anterior) y que nunca hayas visto una campaña como Dios manda. Para este último caso te recomiendo encarecidamente que te pases por este blog para que veas cómo se pueden decir las cosas en publicidad y que funcionen. Que es de lo que se trata.
Carlillos el rojillo!
Te noto tenso con esa campaña de la Igualdina. Una de dos o NO te la quisieron dar a tí o no eres capaz de entender el mensaje que quiere transmitir la publicidad. Te adelanto que la campaña no es mía, más que nada por si intentas quitarme la razón con ese argumento tan débil, pero la he visto y he leído el contenido del prospecto que trae la caja en su interior. Contundente. Habla de la necesidad de acabar con la violencia machista, de la necesidad de concienciar a la gente, desde la infancia, de que hombres y mujeres somos iguales. Será así, si conseguimos entender que no hay sexo superior, como podremos respetarnos los unos a los otros. Igualdina es una metáfora, un sueño publicitario. Si fuese tan fácil acabar con la violencia machista solo con tomar una pastillita, el mundo sería más agradable, pero esto es sólo publicidad.
Aunque, leyendo tu «maravillosa alocución sobre la magnífica y maravillosa publicidad que TÚ eres capaz de hacer, sospecho que eres de los que defienden a capa y espada anuncios tan desagradables y machistas como el de Dolce y Gabanna. Tú mismo te defines…
Es interesante ver cómo llegas insultando a la casa de la gente:
Y después sueltas perlas como:
¿Te has hecho mirar eso? No sé quizá tengas doble personalidad y no te has puesto a tratamiento. ¿Ves? Para esas cosas sí que hay pastillas que funcionan.
Me encanta ver que, por falta de argumentos, recurres a la, ya muy vista, técnica de sacar las cosas de su contexto. Supongo que ni tu mismo te creerás eso que has escrito.
Pero bueno, creo que ni fuera ni dentro de un contexto entiendes tu lo de «respetarnos los unos a los otros». Sólo hay que ver la agresividad con la que te expresas (no eres el único que sabe darle uso al tema de las frasecitas entrecomilladas)…
«…¿Y se llama igualdina? ¿Por qué? ¿Para que se peguen igual hombres y mujeres?»
«¿Te has hecho mirar eso? No sé quizá tengas doble personalidad y no te has puesto a tratamiento.»
Ante esto…
Argumentos me sobran pero me da mucha pereza seguir con esta conversación. Así que…
Ya, será la pereza…
Un placer Carlos, hasta otra.
Vaya, acabo de ver esta última tanda de comentarios, y bueno, aunque llego tarde a mí también me gustaría colaborar en esto:
Estimado alguen, primero tengo que decirte que no ofende quien quiere sino quien puede, y en este caso no puedes hacerlo, sencillamente porque no se nada de tí, y lo mismo podrías ser alguien que piensa antes de abrir la boca (o en este caso escribir), que alguien que primero escribe y luego trata de recordar si ha salido de casa con los pantalones puestos, por lo que ante la ofensa y el objetivo nada constructivo de tu comentario, me permitiré obviarlo.
Y reconozco ampliamente que soy ignorante en muchos aspectos, pero al igual que a tí esa publicidad te parece una idea genial, a mí me puede parece que ya está manida, aunque sólo sea porque no es la primera vez que la veo, y es que tengo una fantástica cajita metálica con serigrafía estilo medicamento, cuyo nombre es Respeto, y viene con su composición, su dosis y sus contraindicaciones, así como su folleto (aunque este último lo perdí), usado por el sindicato de enfermería Satse durante una campaña previa a la de la Igualdina, por lo que posiblemente el ignorante seas tú, por pensar que algo como lo de la Igualdina es original, cuando en realidad no es ni mucho menos así.
Por último, te citaré una parte del Diccionario del Diablo, del genial Ambrose Bierce, y que dice así:
que espero que te inspire para respetar algo más tanto a los demás como a sus opiniones, aunque no coincidan con la tuya, porque en ningún momento es necesario tratar de faltar a los demás, a no ser, claro, que no se tenga la capacidad necesaria para debatir una opinión, por lo que entonces puedes insultar, tratar de ofender e incluso gritar.
Un, posiblemente cordial, saludo.