Atención, pregunta:
¿Puede un pintor (no de los de brocha gorda, de los otros) subirse al carro de la moda del 3D e intentar hacer algo tridimensional en sus cuadros?
Pues aún no sé si Gregory Euclide tiene esa intención y tampoco sé si el resultado es de mi agrado, pero lo que no se puede negar es que sus obras «se salen». Putumchissss.
PD: Y sin tener que llevar las putas gafas.