Todavía hay esperanza



© Foto: REUTERS/Mario Anzuoni

Aún no he perdido totalmente la fe en esta sociedad en la que vivimos. Todavía hay esperanza. Esperanza en que despertemos de una vez por todas. En que nos levantemos del sillón, demos un golpe en la mesa y gritemos: «Se acabó. Hasta aquí hemos llegado. Pandilla de ladrones codiciosos«.

De momento ya se lo han dicho a los ejecutivos de AIG en los Estates. Que, tras la visita de amables vecinos a sus casas para «saludar», han decidido ir devolviendo todo lo que no era suyo. Bien. Así me gusta.

Pero ahora nos toca al resto. Tenemos que decirles a los que tenemos cerca que no estamos dormidos. Que no aguantamos más. Que la época en la que nos quedábamos en casa viendo cómo se llenaban sus bolsillos con nuestro dinero ha pasado. Que ya no vamos a aguantar que nos echen la culpa de los despropósitos financieros que ha provocado su codicia. Esa época ya ha pasado. Ya no más, amigos. Ni una más. La gente está despertando y os tenemos calados.

Hijos de puta.


6 respuestas a “Todavía hay esperanza”

  1. Si es que los americanos son tontos… Aquí, en cambio, sí que somos listos. Los más listos.

  2. Tiene razón usted, esperemos que cuando todo vuelva a la normalidad no vuelvan a pasar estas cosas ó si?.

  3. tú realmetes crees que eso pasará??? Si aquí hasta le hechan la culpa a la sociedad de la crisis que ellos se han creado!!! Además, cuántos bancos han tenido perdidas este año?? Y cuántos han cogido dinero de nuestros impuestos?? No soy una persona pesimista, pero esto esto no interesa cambiarlo, hay demasiados intereses y demasiado poder por medio.

  4. ladrones hosdeputa….
    esos malditos cabrones se volverán a escapar, aunque alguno caerá para escarnio público (y espero que sea en plan musolini)…

    vae victis!

  5. Resulta que comprobamos que nos apoyamos en un sistema económico con fallas considerables. Tan considerables que pueden hacer peligrar la economía mundial. Cuando todo se desploma, las administraciones públicas inyectan dinerales para que todo vuelva a ser como era, o sea: un sistema económico con unas fallas capaces de cargarse la economía mundial.
    Raro ¿no? Demasiados intereses en que siga habiendo grandes diferencias en nuestro mundo. Alguna cabeza de turco, quizás, pero poco más hasta que no nos replanteemos esto seriamente.